miércoles, 16 de septiembre de 2009

sobre los 7 saberes fundamentales de la educacion del futuro UNESCO

Al final de la entrevista entre Edgar Morin, Nelson Vallejo Gómez y Gustavo López Ospina, se plantea la cuestión de la frontera entre Norte y Sur, afirmando en particular:
E. M: “Considero que la misión del Sur no es solo conservar y promover los valores de calidad de vida, sino también de diseminarlos en el Norte, y que el problema del Norte no consiste en integrar los problemas de calidad de vida y en contribuir al desarrollo económico del Sur, sino también a actuar por que ese desarrollo económico no sea “homogeneizador” como lo ha sido en sus países. […]
G-L. O: “Esto significa que la fuerza del nuevo humanismo se debe inspirar principalmente a partir del Sur”
=> ¿Cómo entiende esta distinción entre Norte y Sur en la cuestión educativa?
=> ¿Qué puede aportar el pensamiento del Sur al desafío de la transformación educativa internacional?
Entiendo esta distinción de la siguiente forma:
El norte por un lado a desarrollado lo técnico, el calculo, etc. en deterioro de la “calidad de vida” por una tecnificación social aguda.
El sur por otro lado a conservado y cultivado la calidad de vida por encima de la técnica y el calculo.
Estas dos esferas del pensamiento (norte / sur) hace años que se vieron enfrentadas una con la otra, en donde el norte se impuso con su violencia, su desarrollo armamentista, su deseo de dominación por encima de una cultura rica, la cultura de la tierra, de la relación naturaleza /hombre desarrollada en la sustentabilidad. Indiscutiblemente la concepción de riqueza era absolutamente distinta.
Con los años se ha implementado o aun mejor, impuesto un sistema económico-político-social que ha cambiado, dejado de lado, exterminado el pensamiento, la racionalidad primaria de nuestros pueblos originarios, como un compañero navegante lo escribió entre el foro “ se impuso la bala por la flecha”, como Morin lo plantea en “REFLEXIONES SOBRE LOS SIETE SABRES” , la racionalización del norte y su hegemonía destruyo la cultura (Pág. 7) y en estos momentos nos encontramos (países del sur) sumergidos en una tragedia histórica-social entre la concepción equivocada de desarrollo y progreso (entregado y dirigido simbólicamente desde la publicidad que ofrece una forma de vida inexistente desde la identidad del sur) y nuestra cultura originaria (y que como desenlace tenemos un sincretismo cultural-religioso-social organizado a través de los años.) que entiende que las relaciones de vida-planeta-hombre sociedad, como parte de un todo, de un universo en relaciones auto-sustentables.
Ahora bien, en la cuestión educativa esta distinción cobra sentido solo si consideramos como herramienta clave la retro-alimentación de uno con otro que se debe generar en pos de la llamada y tan esperada “transformación educativa” en la que es indispensable el desarrollo de la “reforma del pensamiento” y por sobre todo “la restauración del pensamiento” del sur, extinguido por la tecnificación del pensamiento racionalizador del norte (racionalización v/s racionalidad).
Así entonces el desarrollo o mejor planteado de este modo “la restauración del pensamiento” del sur posee el aporte para una transformación educativa en el seno mismo de su cultura, es decir, mantiene en su esencia la “ética del genero humano” en su trinidad tierra sociedad especie de manera sostenible, pues entiende que el “ser humano” es parte y dependiente de esta tierra, que sin naturaleza él no existe y el mismo es parte de la naturaleza a la cual le brinda ceremonias y cultos, en fin, le brinda respeto. Pero ante todo debemos tener en cuenta que de ninguna manera esto refiere la suplementación de una por sobre la otra (norte/sur – sur/norte), mas bien, estas son capaces de retro-alimentarse y construirse en una nueva corriente planetaria que impulse la tan esperada reforma educativa internacional. Dicha reforma del pensamiento y educativa debería desarrollar primordialmente en el seno de la concepción de los siete saberes fundamentalmente:
- una educación multicultural, que vele por el derecho y el respeto a todas las formas y desarrollos de los pueblos y sus diversidades.
- Una educación basada en la trinidad tierra sociedad especie del “ser humano” desarrollando tanto su condición humana en la ética de especie (respeto, parte de la misma tierra patria, etc.)
- Una educación en valores capaz de entregar respuesta a las necesidades de re-planteamiento de conceptos tales como patriotismo, nacionalismo, moral, etc. que den respuesta a la era planetaria.
- Una educación centrada en el desarrollo intelectual, capaz de sobrepasar el miedo al fracaso, a lo desconocido, partiendo de la base de que la “única realidad que existe es la que comprendemos”, educación que además debe acentuar el “bichito de la curiosidad”

Una crítica recurrente en contra de la obra Los 7 Saberes es su carácter “superficial”, hasta marcado por “frivolidad”, por abordar cada uno de estos siete ejes de manera demasiado rápida y sintética.Nosotros, conociendo de forma más completa la obra de Edgar Morin, podemos fácilmente contestar esta crítica sugiriendo que la obra Los 7 Saberes, no viene como una pieza suplementaria en el edificio intelectual morineano, sino como parte de un sistema completo; y que la perspectiva de esta obra publicada por la UNESCO no es un recapitulativo enciclopédico de conocimientos, sino más bien la de una síntesis accesible para todos los educadores. Si, por ejemplo, el séptimo capítulo de Los 7 Saberes no tiene la densidad de una obra de Spinoza, nada más se necesita dar un vistazo por el sexto tomo del Método para darse cuenta de la amplitud de la cuestión ética para el pensamiento complejo => Si la obra morineana puede ser considerada como un sistema, o sea conjunto de elementos en interacción, ¿Podemos de la misma forma estudiar estos siete saberes como partes de un todo coherente, y no sólo como piezas sueltas que se proponen a la consideración general?
Después de adentrarse en la propuesta de la complejidad del Dr. Morin podemos entender este texto de “los siete saberes” como cambios en un pensamiento que es complejo, en donde cada uno de estos siete saberes son Inter-dependientes entre si, que se alimentan, que conviven dialogicamente para consagrar y formar un todo coherente como es la reforma del pensamiento para la era planetaria. Es decir, entiendo el texto como una guía que permite pensar la educación como “un instrumento de cambio” para el futuro, no así un programa rígido e inmutable.
Así los siete saberes conforman un planteamiento general de transformación educativa- pensamiento-social, en donde cada uno de ellos debe ser desarrollado desde la transdisiplinaridad y transversalidad de los procesos educativos en las aulas y fuera de ellas.
Así entonces mi respuesta es un si, se puede o mas aun, se debe entender este texto como un todo coherente con sus partes (paradójicamente, mas de 7) de manera contextualizada, pues entenderlo de manera parcelada no nos permitirá abrirnos hacia la “consideración general” y solo limitaría los horizontes y caminos que nos proponemos alcanzar en la era planetaria.

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